Hace un tiempo soñé con un momento, un instante, una milésima de segundo en el que mi sangre estaba compuesta por tinta, a mi disposición para poder pintar con ella siempre que lo necesitara. Hoy ese sueño ha podido ser alcanzado, mi sangre y la tinta por fin están unidas, por fin soy uno con mi necesidad, por fin estoy completo...
Este es el resultado final, doy gracias a mi tattuadora personal por este estupendo trabajo y por supuesto por hacer posible que por fin el Polly's estuviera (por fin) siempre conmigo. Un millón de gracias